martes, agosto 22, 2006

Crecimiento Económico y Termodinámica (II)

Nos quedamos (hace mucho tiempo, la verdad) en intentar averiguar como pueden hacer los africanos para progresar por si mismos adelantando que eran necesarias ciertas condiciones que actualmente no se dan.

¿Quien debe garantizar esas condiciones? Pues el Estado, sin duda.

!Sorpresa! Alguno dirá: ¿Que clase de liberal es éste que a las primeras de cambio necesita del Estado?

Precisamente, es conveniente aclarar que el liberalismo no propugna la desaparición del Estado, sino que éste no asuma competencias de más. Es decir, para el desarrollo económico tan nefasto es demasiado Estado como demasiado poco.

Al no ser el liberalismo un cuerpo doctrinal homogéneo y dogmático, podremos discutir acerca de cual es el tamaño adecuado de Estado y cuales (y como) son las funciones que éste debe asumir.

Pero, volviendo a nuestro tema, lo que resulta indiscutible es que el problema africano deriva de la falta de Estado.

Y es que en los países africanos, los estados no cumplen ni siquiera la primera y fundamental de sus obligaciones, que no es sino la de Garantizar la SEGURIDAD de sus ciudadanos. Entendida ésta por supuesto en sentido amplio, seguridad física, pero también seguridad jurídica.

Retornemos al ejemplo inicial y pongamos que el señor Ndongo, habitante de un poblado cercano, observa los beneficios que la canalización del agua ha aportado a sus vecinos y decide promover la construcción de un montaje similar en su poblado. Como a la ONG no le quedan fondos, el señor Ndongo calcula lo que costaría la inversión y lo que podría cobrar a sus vecinos por el agua (los cuales pagarían gustosos por ella tras ver el avance que la canalización ha supuesto para sus vecinos) y resulta que en poco tiempo obtendría beneficios. Supongamos incluso que el señor Ndongo es un potentado de la zona (o es un emigrante que regresa del extranjero con la sana idea de ayudar al progreso de su país) y tiene recursos para acometer la inversión (si el dinero proviniera de un prestamo el supuesto no variaría sustancialmente).

¿Porque el señor Ndongo no se lanza pues a crear su empresa? Pues en el 99% de los casos no es por falta de motivación, ni por ignorancia, ni por desidia, sino por INSEGURIDAD.

¿Quien debería garantizar al señor Ndongo que no van a llegar unos fulanos y le van a destrozar la instalación? Evidentemente el Estado, proporcionando seguridad física. ¿Quien debería garantizar al señor Ndongo que no va a llegar el matón de turno y le va a despojar de su empresa por las buenas? Evidentemente, el Estado, proporcionando seguridad jurídica. Incluso en sentido más amplio, el Estado debe ofrecer las condiciones para que un sistema de seguros funcione y permita al señor Ndongo asegurarse de que su inversión no se va al garete por averías, accidentes u otros tipos de imponderables.

Si las condiciones de Seguridad se dan, lo probable no es solo que el señor Ndongo (que es hombre de posibles) monte su empresa, sino que otros emprendedores podrían montar las suyas mediante un sistema de créditos (obviamente, sin garantías estatales de seguridad, nadie va a prestar dinero a los emprendedores locales).

Para que funcione bien un sistema de economía liberal, para que los emprendedores desarrollen sus ideas, el Estado debe encargarse de otros cometidos sobre los que se podrá discutir, pero sin Seguridad, sin Confianza, el desarrollo económico es nulo.

El problema africano es pues, de falta de Estado. No es problema de ningún tercero que haya venido a maniatarles. La pobreza y la escasez son lo históricamente normal. Ya estaban ahí antes. El camino para salir de esa pobreza lo da el desarrollo de la natural predisposición humana a mejorar dentro de un entorno seguro. Ciudadanos libres y emprendedores, protegidos por un Estado fuerte, que desarrolle sus funciones, ni más ni menos.

¿Y eso como se consigue? Ojalá conocieramos con certeza y en detalle la receta mágica. En Occidente se precisaron siglos de evolución, pero por otra parte en algunos países se han saltado etapas admirablemente (Corea del Sur). En cualquier caso, por lo menos, tengamos claro el diagnóstico del problema:

Es necesario que los Estados locales garanticen la seguridad de los emprendedores locales. Lo demás lo pondrá el libre mercado y el legítimo ansia de riqueza y desarrollo inherente a la naturaleza humana. En palabras de Paul Krugman: "El espíritu mercantil y el afán de lucro han hecho más bien para muchísima más gente pobre que toda la ayuda humanitaria y todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del mundo juntas."

Ésa es la clave.

2 Comments:

Blogger Germánico said...

Muy interesante este post ijon.

Especialmente porque defiendes el Estado desde una perspectiva liberal.

El único pero que le pondría es que no tengas en cuenta que dentro del liberalismo existe el anarcocapitalismo o anarcoliberalismo, que propugnan una desaparición del Estado.

En cualquier caso yo estoy más inclinado a tu percepción.

Lo malo de todo esto es que los matones que mencionas, esos que echan abajo cualquier proyecto, esto es, cualquier cosa hecha con miras a un futuro, suelen formar parte de las fuerzas del "orden" (desorden) del Estado. La cosa consiste en que el Estado, en lugar de garantizar los contratos y proteger la propiedad, los rompe o no los garantiza y las confisca, respectivamente.

Para que exista Estado de derecho quizá sea preciso un Estado, pero no desde luego el que tienen en tantos países de Africa.

La frase de Krugman que mencionas: "El espíritu mercantil y el afán de lucro han hecho más bien para muchísima más gente pobre que toda la ayuda humanitaria y todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del mundo juntas", nos señala a los gobiernos como enemigos del pueblo. El quid de la cuestión está en el afán redistribuidor. Decía un teórico liberal que la ayuda humanitaria era un dinero que iba de los pobres de los países ricos a los ricos de los países pobres, y no se equivocaba. El Estado ha sido el principal agente de esta redistribución injusta. El dinero ha sido robado a los pobres de los países ricos por parte de los tributos del Estado y ha ido a parar a los ricos de los países pobres, que forman parte del (que son el) aparato estatal.

Las luchas tribales siguen imperando en Africa. La sociedad abierta de Popper está muy lejos de materializarse allí. Pero quizá el problema de fondo sea sociológico.

3:13 p. m., agosto 31, 2006  
Blogger Ijon Tichy said...

Gracias por tu comentario Germánico.

La verdad es que pensé en citar a los "ancap", efectivamente, pero lo dejé por no dispersar el post.

Muy brevemente y sin ser un experto en el tema, te diré que el anarcoliberalismo puede ser una doctrina intachable sobre el papel y perfectamente argumentada, pero fracasaría, pienso, en el muy hipotético caso de su aplicación porque (al igual que el anarquismo a secas o el comunismo, curiosamente) considera una naturaleza humana "ideal", alejada de la triste realidad.

Es decir, lo ideal sería la desaparición del Estado, pero siempre que los seres humanos fueran distintos a como realmente somos. Con la fiera siempre a punto de asomar, se me hace necesario un orden estatal.

Obviamente, a su vez, es necesario controlar dicho "orden estatal". En eso consisten nuestras imperfectas democracias que, con sus fallos, están obviamente a años-luz de cualquier otro sistema de gobierno en la historia humana a la hora de proporcionar desarrollo económico.

El problema de fondo sociológico que citas al final es evidente, pero creo que hoy día tenemos una oportunidad esplendida para ayudar a superarlo. Sobre todo en un mundo afortunadamente cada vez más globalizado. A ver si me quito la pereza postvacacional y apunto alguna idea sobre esto.

4:32 p. m., septiembre 06, 2006  

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