Crecimiento Económico, Termodinámica y ...... Judías Verdes
Hace unos días abrí un tarro de judías verdes para acompañar la cena.
Era un tarro de una marca nueva, desconocida, que había comprado por variar y probar.
Pues bien, resultó que estaban buenísimas. Excepcionalmente ricas. Cualquiera que desde hace unos cuantos años compre en Madrid y alrededores frutas, hortalizas y verduras, sean frescas o envasadas, comprenderá que este insólito caso merecería atención por si mismo. Algo así como encontrar tomates que sepan a tomate (misión imposible).
Pero no, el tema es otro. Lógicamente, al acabar la cena fui a buscar el tarro vacío para fijarme un poco más en la marca y mirar la procedencia. Últimamente han proliferado productos envasados en España pero cultivados en otros países. Hasta ahora, que recuerde, se podían encontrar esparragos chinos, pimientos de Perú o Chile, etc, en general de calidad bastante pobre. Pues bien, me sorprendí agradablemente al ver que las judías verdes procedían de !Kenia! Estupendo, me dije, éste es el camino.
Enlazamos aquí con el hilo anterior dedicado a los problemas del sr. Ndongo para montar su negocio. Aparte de la inseguridad derivada de la falta de Estado, resulta que los emprendedores africanos se encuentran con otros obstáculos.
Hay quien piensa que una forma de ayudar a los africanos (y de obtener beneficio empresarial, porqué no) es promover en esos países las famosas "deslocalizaciones". Montar fábricas de productos destinados al mercado occidental, basadas en tecnología occidental pero con mano de obra local. A mi me parece un método un poco "contra-natura".
En los países africanos, una de las pocas industrias que podrían desarrollarse sin necesidad de intervención externa sería precisamente la exportación a Occidente de productos agrícolas a precios ventajosos y quizá de mejor calidad (!que ricas las judías verdes!, ya os digo). A partir de los beneficios obtenidos con estas industrias primarias, el desarrollo podría aumentar de forma natural en unos pocos años.
¿Y cual es el problema? Pues que no les dejamos. No tengo la cifra exacta pero he oído hace unos días que aproximadamente la mitad del presupuesto de la UE se dedica a subvencionar el sector primario (agrícola y ganadero). Así, en anécdota relatada por un prestigioso economista, resulta que en Nairobi resulta más barato comprar leche holandesa que local.
Resulta que estamos limitando las posibilidades de desarrollo de esta gente a base de ponerles barreras que eviten el curso natural de la economía de mercado. Tienen un producto que podrían vendernos barato y con eso comenzar a desarrollarse y !!!no les dejamos!!!
Y además, curiosamente, resulta que los famosos movimientos antiglobalización tan preocupados con la pobreza africana, !están encabezados por siniestros personajes como el francés Bové, que tratan por todos los medios de evitar la pérdida de la sopa boba que reciben a costa de nuestros impuestos!
Es decir, se queda con nuestro dinero real y con el dinero potencial que podría llegar a los africanos como fruto de su trabajo.
Obviamente, estoy convencido de que los movimientos antiglobalización están llenos de gente de buena fé y mejores intenciones, pero ignorantes y manipulados por siniestros individuos que lo único que desean es mantener sus privilegios (literalmente, sus leyes privadas).
En la última reunión de la Organización Mundial de Comercio, resulta que las únicas propuestas en el sentido de propiciar las exportaciones agrícolas africanas mediante la supresión de aranceles y subvenciones provenían de la malvada administración Bush y fueron rechazadas por las arcangélicas administraciones europeas.
¿Cómo es posible? ¿Tan difícil resulta de entender?
Evidentemente, las simplificaciones son peligrosas. No parece razonable eliminar de un día para otro el sistema de subvenciones agrícolas. Pero si de verdad queremos acabar en el medio plazo con la pobreza africana y desarrollar el mundo globalmente, la solución no es tan complicada:
Dejar actuar al mercado.
Además, quien sabe, quizá podamos así volver a comer peras que no sepan a manzana (y viceversa).
Era un tarro de una marca nueva, desconocida, que había comprado por variar y probar.
Pues bien, resultó que estaban buenísimas. Excepcionalmente ricas. Cualquiera que desde hace unos cuantos años compre en Madrid y alrededores frutas, hortalizas y verduras, sean frescas o envasadas, comprenderá que este insólito caso merecería atención por si mismo. Algo así como encontrar tomates que sepan a tomate (misión imposible).
Pero no, el tema es otro. Lógicamente, al acabar la cena fui a buscar el tarro vacío para fijarme un poco más en la marca y mirar la procedencia. Últimamente han proliferado productos envasados en España pero cultivados en otros países. Hasta ahora, que recuerde, se podían encontrar esparragos chinos, pimientos de Perú o Chile, etc, en general de calidad bastante pobre. Pues bien, me sorprendí agradablemente al ver que las judías verdes procedían de !Kenia! Estupendo, me dije, éste es el camino.
Enlazamos aquí con el hilo anterior dedicado a los problemas del sr. Ndongo para montar su negocio. Aparte de la inseguridad derivada de la falta de Estado, resulta que los emprendedores africanos se encuentran con otros obstáculos.
Hay quien piensa que una forma de ayudar a los africanos (y de obtener beneficio empresarial, porqué no) es promover en esos países las famosas "deslocalizaciones". Montar fábricas de productos destinados al mercado occidental, basadas en tecnología occidental pero con mano de obra local. A mi me parece un método un poco "contra-natura".
En los países africanos, una de las pocas industrias que podrían desarrollarse sin necesidad de intervención externa sería precisamente la exportación a Occidente de productos agrícolas a precios ventajosos y quizá de mejor calidad (!que ricas las judías verdes!, ya os digo). A partir de los beneficios obtenidos con estas industrias primarias, el desarrollo podría aumentar de forma natural en unos pocos años.
¿Y cual es el problema? Pues que no les dejamos. No tengo la cifra exacta pero he oído hace unos días que aproximadamente la mitad del presupuesto de la UE se dedica a subvencionar el sector primario (agrícola y ganadero). Así, en anécdota relatada por un prestigioso economista, resulta que en Nairobi resulta más barato comprar leche holandesa que local.
Resulta que estamos limitando las posibilidades de desarrollo de esta gente a base de ponerles barreras que eviten el curso natural de la economía de mercado. Tienen un producto que podrían vendernos barato y con eso comenzar a desarrollarse y !!!no les dejamos!!!
Y además, curiosamente, resulta que los famosos movimientos antiglobalización tan preocupados con la pobreza africana, !están encabezados por siniestros personajes como el francés Bové, que tratan por todos los medios de evitar la pérdida de la sopa boba que reciben a costa de nuestros impuestos!
Es decir, se queda con nuestro dinero real y con el dinero potencial que podría llegar a los africanos como fruto de su trabajo.
Obviamente, estoy convencido de que los movimientos antiglobalización están llenos de gente de buena fé y mejores intenciones, pero ignorantes y manipulados por siniestros individuos que lo único que desean es mantener sus privilegios (literalmente, sus leyes privadas).
En la última reunión de la Organización Mundial de Comercio, resulta que las únicas propuestas en el sentido de propiciar las exportaciones agrícolas africanas mediante la supresión de aranceles y subvenciones provenían de la malvada administración Bush y fueron rechazadas por las arcangélicas administraciones europeas.
¿Cómo es posible? ¿Tan difícil resulta de entender?
Evidentemente, las simplificaciones son peligrosas. No parece razonable eliminar de un día para otro el sistema de subvenciones agrícolas. Pero si de verdad queremos acabar en el medio plazo con la pobreza africana y desarrollar el mundo globalmente, la solución no es tan complicada:
Dejar actuar al mercado.
Además, quien sabe, quizá podamos así volver a comer peras que no sepan a manzana (y viceversa).
2 Comments:
Lo primero felicitarte por lo sano que comes. Unas judías verdes de cena son buena cosa.
No sabía que en Kenia se cultivasen judías verdes, y menos que se vendiesen en nuestros mercados, ¡y menos aún que estuvieran ricas!.
Creía que en Kenia solo había negros descolonizados y pobres. Pero me alegra descubrir que me equivocaba. Y espero que la realidad me siga demostrando, cada vez con más productos, que me equivocaba.
No hay más que fijarse en las etiquetas de los productos del supermercado para descubrir cosas sorprendentes.
Yo descubrí que Tanzania existía tomando una deliciosa Perca traída de allí.
Por cierto que la Perca es un manjar que solamente disfrutamos unos pocos. Tiene unas espinas de lo más punzantes que la hacen indigeribles para los depredadores de los ríos africanos.
Desgraciadamente uno descubre que lo que le alimenta mata de hambre a otros.
¿O no?.
Si uno lee entre líneas descubre que el problema es siempre el socialismo, y no el capitalismo global al que no dejan prosperar y crear con ello prosperidad.
Jejeje. En realidad mis cenas no son tan frugales. Las judías verdes eran para acompañar el filete...
Conocía la película ésa, aunque no la he visto. La pusieron hace poco creo, en horario nocturno, pero pensé que no me iba a gustar y no la grabé.
Con toda probabilidad es el típico ejemplo de película/libelo que "demuestra" la maldad de la globalización.
Lógicamente en toda película es mucho más fácil identificar con facilidad a los buenos y a los malos y dejarse llevar que profundizar en las causas últimas (o sea, las verdaderas).
Dejando a un lado los problemas ecológicos en la fauna piscícola de la zona derivados de la introducción de una especie extraña (que seguramente, ésos sí que son ciertos), podemos analizar el problema y buscar culpables.
Así, ¿que impide a los emprendedores locales montar otras empresas que pesquen las percas y las envíen a nuestros mercados? Si hubiera múltiples empresas dedicadas al negocio, procurarían contratar a los mejores pescadores subiendo los sueldos. La explotación laboral es propia de monopolios.
Se me ocurren dos motivos para que esa competencia no se desarrolle:
1. Que a los mafiosos traficantes no les guste la competencia y se ocupen de "desalentar" a los posibles emprendedores (el problema antes indicado de la falta de Estado, policía, jueces, etc.)
2. Que los mafiosos (occidentales o casi al fin y al cabo) se valgan de hacer las importaciones a través de sociedades de terceros países minimizando las trabas aduaneras que sufriría una empresa africana (lo que decíamos más arriba).
Las cosas no son sencillas, vale. Pero si ni tenemos claro el problema ni muchas ganas de resolverlo... pobres africanos.
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